16-10-12
Música
para los entrenamientos
A nadie se le escapa que tanto la música como el deporte
son prácticamente imprescindibles en nuestras vidas. Por ello, combinar las dos
cosas puede ser muy bueno, sobre todo para aquellos que tienen que entrenarse
en solitario o en un gimnasio rodeados de gente a la que no conocen.
El ritmo y la velocidad de la música influyen en el
rendimiento a la hora de entrenar. Es importante conocer qué tipo de música es
adecuada para cada momento. No es lo mismo una sesión de spinning que una sesión de estiramientos tras una dura jornada en
la que nos hemos machacado físicamente.
Normalmente se suele dividir la actividad física en tres fases: una primera de
acondicionamiento y puesta en marcha, una segunda fase cardiovascular que ocupa
gran parte del tiempo total y una última fase de vuelta a la calma mediante
estiramientos y ejercicios de relajación.
Para la fase de calentamiento
inicial la música elegida no tiene que ser demasiado rápida. Estamos
empezando a ejercitarnos y la música tiene que animarnos pero sin exceder en el
ritmo. La salsa o el pop son géneros muy adecuados para esta fase.
La fase de desarrollo de la actividad principal es la más intensa. El ritmo de la música tiene que acelerarse para que no decaigamos en ningún momento. Tenemos que estar siempre animados y ello lo podemos conseguir con música electrónica, dance o hip-hop.
La fase de desarrollo de la actividad principal es la más intensa. El ritmo de la música tiene que acelerarse para que no decaigamos en ningún momento. Tenemos que estar siempre animados y ello lo podemos conseguir con música electrónica, dance o hip-hop.
La última fase es la
más relajada de todas. Volvemos a la calma tras un importante esfuerzo y lo
único que necesitamos es relajación para realizar unos buenos estiramientos.
Música chill out, sonidos del mar o de animales…
En mi opinión y atendiendo a lo que he estudiado, es verdad que la
música y el deporte pueden ir muy relacionados entre sí, beneficiándose uno del
otro, pero hay que saber cómo hacerlo, es decir, hay que barajar distintas
posibilidades de música en función de la actividad física que se va a realizar
y no solo en función de la parte de la sesión en la que nos encontremos. Es cierto
lo que se nos dice de que en la parte final se usa música relajante y tranquila
para despejarnos y relajarnos del esfuerzo físico, y que la música durante el
desarrollo de la actividad debe ser más intensa, pero lo que no tiene porque ser así
es que se use música no muy rápida al inicio. Esto dependerá de si sólo hacemos
un calentamiento general, o también uno específico del deporte en el que se
aumenta la intensidad llegando a situarnos al nivel del ejercicio posterior. Por
tanto, para el calentamiento se puede utilizar música que tenga un ritmo
rápido, pero en el momento adecuado (el calentamiento puede ser extenso) y varios
estilos musicales sin destacar alguno en especial. Al final de la sesión, si
que estoy de acuerdo que la música debe ser siempre relajante para ayudarnos a
desconectar y recuperarnos bien del esfuerzo.
En conclusión, se pueden utilizar muchos tipos de música y con
distintos ritmos durante una sesión, pero debemos saber utilizarlos en relación
a la intensidad de los diferentes ejercicios que forman la sesión, si lo que
queremos es que la relación música-deporte sea realmente eficaz, de forma que a
mayor intensidad del ejercicio, mayor ritmo y a la inversa.
BIBLIOGRAFÍA:
Martínez, D. (16 de Septiembre de 2009). SaludPasion.
Recuperado el 16 de Octubre de 2012, de
http://saludpasion.com/musica-para-los-entrenamientos/#more-1081
ENTRADA: ALEJANDRO VILLALOBOS MONTEJO
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